Ensayo de “Ética para Amador"
Nombre: Sebastian Bravo
INTRODUCCIÓN
Este
Libro llamado Ética para Amador, es definido por su propio autor Fernando
Savater como eso, no más que un simple libro, no una especie de manual. Esta
escrito por él para su hijo Amador y quizás esa sea una de las razones por la
cual ha sido un libro tan difundido por el mundo, es a base de una relación
verdadera de padre-hijo, algo universal, lo que todo padre le gustaría inculcar
en sus hijo sobre diferentes aspectos de la vida y como desarrollarla.
Comienza
y se desarrolla a partir de la diferenciación fundamental del humano del resto
de los seres vivos, por su libertad de poder decidir y razonar las
consecuencias de sus acciones en un futuro, por eso desde pequeños somos
educado para la vida, a reconocer lo “bueno” y lo “malo” sin nunca olvidar que
no somos automáticos como los animales, sino que tenemos opciones para escoger.
Y culmina con una reflexión: Debemos buscar vivir una vida humanamente buena y
eso es reflejado a través del trato que tenemos con las otras personas, puesto
que nunca debemos olvidar que por mas diferentes que parezcamos ser con otro,
compartimos el ser humanos, por lo que merece tu mismo respeto.
A
continuación se presenta un ensayo sobre el libro, compuesto por resúmenes de
este con su respectivo análisis, de la manera en que lo hace el autor, se se
trataran temas de la vida común a través de los valores universales como
libertad, justicia, responsabilidad, respeto, etc.
Resumen
CAPITULO I
DE QUÉ VA LA ÉTICA
En
nuestra vida, hay ciertas cosas uno puede aprenderlas o no, a voluntad.
Pero, entre todos estos posibles saberes existe al menos uno imprescindible: el
de que ciertas cosas nos convienen y otras no. Solemos llamarlo «bueno» a las
que nos sientan bien y «malo» en cambio, a las que nos sientan mal. En otras
palabras, distinguir lo bueno y lo malo. Sin embargo, a veces las cosas no son
tan sencillas, hay elementos que en unos aspectos nos convienen y en otros no,
dependiendo de la situación. Como ves, esto de llevar la vida adelante no es
tan fácil cuando hay diversos criterios que se oponen en cuanto a cómo vivirla.
Valla lió el nuestro, comparado con los animales y la naturaleza, programada
para hacer sus actividades, no fallan, no dudan. En cambio nosotros tenemos eso
que no permite decir “si” o “no”, eso que nos hace libres. Claro está que esta
libertad no nos hace omnipotentes, ni libre de elegir lo que nos pasa. Para
ello existe la capacidad, mientras más tengamos, mejores resultados obtendremos
de nuestra libertad. En un conjunto, este saber distinguir lo bueno y lo malo,
tomar decisiones, equivocarnos y ser libres, fundamos nuestro arte de vivir o
también llamado ética.
CAPÍTULO II
ÓRDENES, COSTUMBRES Y CAPRICHOS
¿Hacemos
siempre lo que queremos?, no tanto. A veces las circunstancias nos imponen
elegir entre dos opciones preferiríamos no tener que elegir.
Por lo
general, uno no se pasa dando vueltas a lo que nos conviene o no hacer. Sin
embargo tenemos que reconocer que la mayoría de nuestros actos son casi
automáticos. Pero yo quisiera que te preguntes, ¿por qué he hecho lo que hice?
Existen
tres motivos que tienes para tus comportamientos:
Uno de
ellos es porque yo te mando que lo hagas, llamados órdenes. En otras ocasiones,
sueles hacer siempre ese mismo gesto y ya lo repites casi sin pensar, y lo llamaremos
costumbres. Y en otros casos la ausencia de motivo lo desencadena, algo que te
apetece sin razón, llamados caprichos.
Cada uno
de esos motivos inclina tu conducta
en una dirección u otra, explica más o menos tus preferencias y a su vez tienen
su propio peso y te condicionan a su modo. Las
órdenes y las costumbres tienen una cosa en común: parece que se te imponen sin pedirte permiso. En cambio,
los caprichos brotan espontáneamente sin que nadie te los mande. Por lo cual es
el motivo más libre de uno.
CAPITULO III
HAZ LO QUE QUIERAS
Cuando se
es un niño pequeño con poco conocimiento basta con la obediencia. Pero luego
hay que hacerse adulto, es decir, capaz de inventar
en cierto modo la propia vida. Te recuerdo que las palabras «bueno» y
«malo» no sólo se aplican a
comportamientos morales, ni siquiera sólo a personas. Se dice, por ejemplo, que
Maradona es un futbolista muy bueno, sin que ese calificativo tenga nada que ver sobre su vida privada. Y digo yo:
¿por qué no intentamos definir del mismo modo lo que se necesita para ser un hombre bueno? No es cosa tan fácil, sin
embargo, respecto a los buenos futbolistas, las buenas motos, etc… si lo es. ¿Y
sabes por qué no resulta sencillo decir cuándo un ser humano es «bueno» y
cuándo no lo es? Porque no sabemos para qué
sirven los seres humanos. Se puede ser buen hombre de muchas maneras dependiendo
de las circunstancias Por eso decimos a
veces que Fulano es bueno «a su modo». De modo que ya vez que desde fuera no es fácil determinar quién
es bueno y quién malo, quién hace lo conveniente y quién no. Habría que
estudiar no sólo todas las circunstancias de cada caso, sino hasta las intenciones que mueven a cada uno.
CAPITULO IV
DATE LA BUENA VIDA
No le
preguntes a nadie qué es lo que debes hacer con tu vida: pregúntatelo a ti
mismo. El asunto es serio: no se trata de pasar el tiempo, sino de vivirlo
bien.
La buena
vida humana es buena vida entre seres
humanos o de lo contrario puede que sea vida, pero no será ni buena ni
humana. También queremos ser tratados como
humanos, porque eso la humanidad depende en buena medida de lo que los unos
hacemos con los otros. Me explico: el leopardo viene ya al mundo como leopardo,
pero el hombre no nace ya hombre del todo ni nunca llega a serlo si los demás
no le ayudan. ¿Por qué? Porque el hombre no es solamente una realidad
biológica, natural, sino también una realidad cultural.
Por eso
hablar a alguien y escucharle es tratarle como a una persona. Lo más importante
de todo esto me parece lo siguiente: que la humanización (lo que nos convierte
en humanos) es un proceso recíproco. Para que los demás puedan hacerme humano,
tengo yo que hacerles humanos a ellos; si para mí todos son como bestias, yo no
seré mejor una bestia tampoco. Por eso darse
la buena vida no puede ser algo muy distinto a fin de cuentas de dar la buena vida.
CAPÍTULO
V
¡DESPIERTA, BABY!
Está
bastante claro lo que queremos, pero no lo está tanto en que consiste eso de
«la buena vida». Todos estos quereres son por decirlo así simples, se fijan en
un solo aspecto de la realidad: no tienen perspectiva de conjunto. . La muerte
es una gran simplificadora: ya que importan muy pocas cosas en ese momento. La
vida, en cambio, es siempre complejidad y complicaciones.
Si buscas la gran simpleza no creas
que quieres vivir más y mejor sino morirte de una vez.
Un
ejemplo: Kane, un multimillonario, obsesionado por conseguir cosas y dinero,
trató a la gente como si también fueran cosas. Grave simplificación: la mayor
complejidad de la vida es precisamente ésa, que las personas no son cosas.
Cuando las tratamos como tales, a la manera en que lo hacía Kane, lo que
recibimos de ellos son también cosas: No conseguiremos así ni amistad, ni
respeto, ni mucho menos amor.
Yo creo
que la condición ética indispensable es la de estar decidido a no vivir de
cualquier modo: estar convencido de que no todo da igual aunque antes o después
vayamos a morirnos.
CAPÍTULO
VI
APARECE PEPITO GRILLO
¿Sabes
cuál es la única obligación que
tenemos en esta vida? Pues no ser imbéciles. No lo confundas con lo que a
menudo se llama ser «imbécil», este es el que necesita apoyarse en cosas de
fuera, en lo ajeno. Existen diversos tipos de imbecilidad, pero nos centramos
en el imbécil moral, contrario a este es
tener conciencia, la conciencia a la
imbecilidad: ¿Por qué esta “mal” lo que llamamos «malo»?, ¿por qué debemos
evitar el mal?, no es más que por egoísmo. Se llama «egoísta» a quien sólo
piensa en sí mismo y no se preocupa por los demás. De acuerdo, pero ¿quién
puede ser egoísta sin ser imbécil? La respuesta me parece obvia: el que quiere lo mejor para sí mismo. Y
¿qué es lo mejor? Pues eso que hemos llamado «buena vida», que va ligado como
explicamos anteriormente a nuestro derecho más importante: la libertad, tomarla
en serio o sea de ser responsable. El
tipo responsable es consciente de lo real
de su libertad. El que toma decisiones sin que nadie por encima suyo le dé
órdenes. Responsabilidad es saber que cada uno de mis actos me va construyendo,
me va inventando. Al elegir lo que
quiero hacer voy transformándome poco a
poco.
CAPÍTULO VII
PONTE EN SU LUGAR
Robinson
Crusoe pasea por la isla en la que una inoportuna tormenta le ha confinado. De
pronto, se detiene con sobresalto. Allí, en la arena, una marca que va a
revolucionar toda su pacífica existencia: la huella de un pie humano.
Aquí
empiezan sus problemas éticos. Ya no
se trata de sobrevivir, ahora tiene que empezar a vivir humanamente. La ética no se ocupa de cómo alimentarse mejor,
etc. sino sobre cómo vivir la vida que transcurre entre humanos.
¿En qué
consiste tratar a las personas humanamente? Respuesta: consiste en que intentes ponerte en su lugar. En una
palabra, ponerte en el lugar de otro es tomarle
en serio, hacer un esfuerzo de objetividad por ver las cosas como él las
ve, Gran parte del difícil arte de ponerse en el lugar del prójimo tiene que
ver con eso que desde muy antiguo se llama justicia
o sea: a la habilidad y el esfuerzo que debemos hacer cada uno ‑si queremos
vivir bien‑ por entender lo que nuestros semejantes pueden esperar de nosotros. Para entender del todo lo que el otro puede
esperar de ti no hay más remedio que amarle
un poco, y ese pequeño pero importantísimo amor ninguna ley instituida
puede imponerlo.
CAPÍTULO
VIII
TANTO GUSTO
Cuando la
gente habla de «moral» y sobre todo de «inmoralidad», la mayor de las veces el
sermón trata de algo referente al sexo. En el sexo, de por sí, no hay nada
«inmoral». Somos un cuerpo, sin cuya
satisfacción no hay vida buena que valga. El que se avergüenza de las
capacidades gozosas de su cuerpo es un bobo.
Desde
luego, una de las funciones indudablemente importantes del sexo es la procreación, pero no hay que limitarse a
eso, cuanto más se separa el sexo de la simple procreación, menos animal y más
humano resulta. Lo que se agazapa en toda esa obsesión sobre la «inmoralidad»
sexual no es ni más ni menos que uno de los más viejos temores sociales del
hombre: el miedo al placer. ¿Por qué
asusta el placer? Supongo que será porque nos gusta demasiado.
¿Cuál es
la mayor gratificación que puede
darnos algo en la vida? La alegría. El
placer es estupendo y deseable cuando sabemos ponerlo al servicio de la
alegría, pero no cuando la enturbia. El límite negativo del placer no es el
dolor, ni la muerte, sino la alegría: en cuanto empezamos a perderla, seguro
que estamos disfrutando con lo que no nos conviene.
CAPÍTULO IX
ELECCIONES GENERALES
¿Por qué
tienen tan mala fama los políticos? A fin de cuentas, políticos somos todos,
directamente o por representación de otros. ¿De dónde viene su mala fama? Para
empezar, ocupan lugares visibles en
la sociedad y también privilegiados. sus defectos son más públicos que los de
las demás personas. Lo que a ti y a mí nos importa ahora es si la ética y la
política tienen mucho que ver y cómo se relacionan. En cuanto a su finalidad,
¿no se trata de vivir bien en los dos
casos? La ética como arte de elegir lo que más nos conviene y la política el organizar lo mejor posible la
convivencia social. Cualquiera que tenga la preocupación ética de vivir bien no
puede desentenderse olímpicamente de la política.
Quien
desee la vida buena para sí mismo, de acuerdo al proyecto ético, tiene también
que desear que la comunidad política de los hombres se base en la libertad, la justicia y la asistencia. La
democracia moderna ha intentado esas exigencias mínimas que debe cumplir la
sociedad política: son los llamados derechos
humanos.
Análisis
CAPITULO I
DE QUÉ VA LA ÉTICA
Este capítulo es mi primera
impresión del libro, mientras leía solo me daba cuenta de cómo asentía con la
cabeza a todo lo señalado por el autor. Muy claro tanto en las ideas como los
ejemplos, necesarios para poder entender perfectamente lo que quería decir.
Dos puntos clave en este
capítulo para mí fueron: Voluntad y Libertad.
Yo los reúno en un concepto: Razonar,
capacidad única de los seres humanos, que nos distingue de los otros seres
vivos y nos permite tomar opciones, decidir sobre lo bueno y lo malo, a base de
nuestras experiencias previas y educación.
Otra cosa importante que a mi
parecer no fue demasiado abarcado fue la familia, principal fuente de sabiduría
durante los primeros años de vida, procuradora de entregarte valores y gran
parte de la experiencia para luego recapacitar sobre aquello que es bueno y
malo. La familia, nuestros primeros lazos sociales, bien nombrados en el
ejemplo de Héctor con su hijo y su esposa, quien toma el rol de héroe por
defenderla, al igual que las termitas con sus pares.
Este primer capítulo lo resumo
en una frase del autor: Se puede vivir de
muchos modos pero hay modos que no dejan vivir. A mi parecer una frase clave,
que reúne por una parte la libertad de vivir y tener un estilo u arte de vida
(ética), pero en un marco de respeto hacia lo que te rodea (familia, sociedad).
CAPÍTULO II
ÓRDENES, COSTUMBRES Y CAPRICHOS
¿Hacemos las cosas porque
preferimos hacerlas o porque preferimos hacer eso a realizar otra cosa? Más de
alguna vez me he preguntado eso y siempre me había respondido: Es necesario,
quizás no siempre para uno, algunas veces para un familiar, amigo, un superior,
etc. El autor plantea el ejemplo del capitán y su barco, que abarca por
completo la pregunta. ¿Preferirá arrojar el
cargamento a afrontar el riesgo? ¿Quiere tirarlo?
¿O lo que de verdad quiere es llegar
a puerto con su barco? obviamente eso es lo que más le conviene. Pero dadas las
condiciones no puede. Preferiría sin duda no verse en el trance de tener que
escoger en la pérdida de sus bienes y la pérdida de su vida. Sin embargo, no
queda más remedio y debe decidirse: elegirá lo que quiera más, lo que crea más
conveniente.
Un ejemplo que no se compara a
nuestros actos cotidianos, pero que si plantea todas las dificultades que se
nos plantean a la hora de escoger en situaciones mas apretadas.
CAPITULO III
HAZ LO QUE QUIERAS
Fue un capítulo más difícil de
asimilar, pero luego de compactarlo fue el que me ha entregado una mayor
certeza hasta ahora. La pregunta ¿Por qué nos cuesta tanto definir a una
persona como buena o mala? Sin duda ha pasado por mi cabeza más de alguna vez,
pero nunca me había encontrado con una respuesta tan explícita o convencedora
como la planteada por Savater. Sin embargo, en mi vida no califico a una persona
como buena o mala, solo las veo como aquellas con quien tengo más afinidad y
aquellas que no conozco mucho. Pero como es lógico, no es así para todos debido
al concepto con el cual comienza este capítulo:
Libertad, poder decir sí o no, optar, decidir,
tener un opinión, algo no muy fácil, ya que siempre pueden tener consecuencias,
por lo cual se recomienda pensar dos veces antes de hacerlo, sin embargo como
sabemos, no todos lo hacen.
Para concluir unas de las
últimas frases con las que termina el capitulo en la que concuerdo totalmente:
La única
regla de la Orden era ésta: «HAZ LO
QUE QUIERAS» Y era razonable, porque las gentes libres, bien nacidas y bien
educadas, cuando tratan con personas honradas, sienten por naturaleza el
instinto y estímulo de huir del vicio y acogerse a la virtud. Y es a esto a lo
que llaman honor.
CAPITULO IV
DATE LA BUENA VIDA
El autor
cuestiona o mejor dicho explica la razón del título del capítulo anterior, con
un juego de palabras, pero no muy difícil de entender, todo para dejar en claro
que somos libres y hacemos uso de esa libertad siempre, queramos o no, opinión
que tiene mucho sentido para mí luego de leer el capítulo.
“Una cosa es que hagas «lo que quieras» y otra
bien distinta que hagas «lo primero que te venga en gana»”. Me sentí
identificado con esta frase y luego con su explicación, muchas veces caemos en
no reconocer aquello que realmente queremos
con aquello que podemos hacer en el mismo instante.
Por
último: La buena vida, debo reconocer que es el primer término del cual
realmente me he puesto a pensar conscientemente durante mi vida antes de leer
el libro. ¿Qué es la buena vida? No creo poder aportar nuevas ideas al
respecto. Pero la buena vida no es solo los placeres y lo mejor de lo mejor, es
compartir experiencias con aquellos que tienes los lazos más fuertes,
disfrutar, un conjunto de personas que hacen lo que ellos quieren y mientras lo
hacen, estimulan la felicidad y la buena vida del otro.
CAPÍTULO V
¡DESPIERTA, BABY!
Este
quinto capítulo se centra especialmente en la historia del ciudadano Kane, un
ejemplo de lo que diariamente podemos ver en las noticias, gente con dinero que
trata de saciar necesidades con poder, comprar cosas, sin querer reconocer que
lo que más deseamos a veces, no lo puede comprar ni todo el dinero del mundo
como lo es el cariño, confianza y el amor. Yo soy una de aquellas personas que
cree que es mucho más necesario y admirable aquella familia humilde y unida
siempre, que aquella exitosa que celebran juntos solo en festividades.
A mi
parecer ese último deseo del trineo, no se aleja mucho de la opinión del autor,
era sin duda uno de los últimos recuerdos de cariño recordados por él, quizás
el último recuerdo como ser humano de Kane (si vemos al ser humano como ser
social). Me incluyo en esta descripción, como muchos otros que alguna vez
pensamos que la buena vida era tener los mejores lápices en el colegio, la
mejor consola de videojuegos, cuando en realidad me encontraba discutiendo
sobre aquello con la propia respuesta: mis amigos y/o familia.
CAPÍTULO VI
APARECE PEPITO GRILLO
Hasta
ahora el capítulo más extenso del libro, trata de varios temas difíciles de
unir como lo es la definición y caracterización
del “imbécil” que al parecer te deja con una sensación como diciendo:
Pues el mundo está lleno de imbéciles, según la clasificación que da.
Prosigue
en su texto hablando sobre el egoísmo, definiéndolo como aquel que desea lo
mejor para él, el autor da el ejemplo de Calígula, pero concuerdo con él en que
fue un egoísta imbécil, ya que Los únicos sentimientos sinceros que consiguió
de parte del prójimo fueron el terror y el odio. Entonces que tiene de egoísta
aquel que vivió para infundir miedo, si este solo le trajo problemas a él y
ningún beneficio, aquí es donde debió actuar la conciencia o “pepe grillo” como
es mencionado tan inteligentemente en el título y poder darse cuenta que para
vivir bien hay cosas que solo otros humanos pueden darnos y que son imposibles
de robar por la fuerza o los engaños.
Por lo
tanto son actitudes irresponsables, no tener conciencia de lo que me hará bien,
así como somos libres de escoger, debemos saber que estas decisiones dejaran
huella en mi vida y no podre quejarme.
A modo de
conclusión una de las últimas frases del capítulo con la cual personalmente me
siento que me guio diariamente (aunque claro está que en cosa de gustos, todos
somos diferentes): No hagas a los otros lo que no quieras que te hagan a
ti" uno de los principios más fundamentales de la ética.
CAPÍTULO VII
PONTE EN SU LUGAR
Partiendo desde el título del
capítulo y sus primeras líneas me pude imaginar que se armaría sobre el Ejemplo
de Robinson Crusoe, claramente es un problema ético y digno de hacerse tales
preguntas. Encontrar en una isla que pensabas vacía, una huella humana. Es algo
muy incierto, o sea, otro ser vivo con tus mismas capacidades pero que no
puedes predecir sus actitudes, su forma de actuar como lo podemos hacer con la
naturaleza, que sigue un rumbo fijo. Quizás patrones en común y básicos nos
podemos guiar, a raíz de otras experiencias, pero nada seguro, por lo que
supone un problema a mi ética. Por un lado el peligro de que existe la
posibilidad de que ese ser sea una amenaza para mí como por otro lado, la
necesidad de relacionarme con otros, de vivir humanamente, que irónicamente si
no fuese así, también forma una peligro para mi, para mi “buena vida”
Sin duda alguna este capítulo
es el que une mas conceptos, como por ejemplo el término “malo” con el de
“felicidad” lo cual lo encontré acertado, ¿Quién es el malo? ¿Aquel que trata a
otros como enemigos, un desgraciado?, pero por otro lado ¿conoces a alguien
malo que sea feliz? Entonces ¿porqué nos preocupamos tanto de señalar quien es
malo y quien no?, ¿de marginarlos como si no tuviesen nada en común con nosotros?
¿Acaso no es una persona igual que yo? Deberíamos centrarnos más en promulgar
la felicidad, para disminuir a los “desgraciados”, tanto en aquellos que lo
“merezcan” y quienes no pues en total somos todos humanos y compartimos esta
gran característica.
CAPÍTULO VIII
TANTO GUSTO
Sin duda alguna cuando hablamos
de placeres, lo primero que pensamos es en sexo, por el hecho de que es el que
la sociedad más lo considera “reservado”, algo que debo admitir que estoy de
acuerdo, no sería demasiado agradable que todos anduvieran mostrando sus
placeres a la luz del día. Con lo que no estoy de acuerdo al igual que Savater
es con una especie de privatización del sentir placer, que algo completamente
normal, el problema recae cuando uno abusa del gozo lo cual irremediablemente
te aleja de otras cosas.
En cuanto a la alegría, es
fundamental y abarca a los opuestos:
El uso del placer me provoca
gozo, lo que la mayor de las veces me pone alegre, pero debemos preocuparnos
cuando esa alegría la vamos perdiendo y no usamos el placer para alegrarse,
sino como un medio de satisfacción automática, como para callar un capricho
como por ejemplo: la gula.
Cada uno
es el guardián natural de su propia salud, una lección breve y sabia. Disfruta
de todo pero a la vez eres responsable de aquello, goza pero trata de no
viciarte, eres libre de optar y decidir.
CAPÍTULO IX
ELECCIONES GENERALES
Último capítulo del libro, no
me imaginaba que terminaría con este tema: Los políticos, debo admitir que no
soy un entendido del tema y no me preocupo mucho por ello, no sé si será por un
sentimiento de molestia a quienes gobiernan o simplemente no sea algo que me
llame la atención, aunque vivamos regidos por ellos. Creo que al igual que
muchas otras personas nos resulta mas fácil decir: Si se preocuparan mas por
formar una política o una renovación en el aire en que transmitimos la política
quizás mas jóvenes se interesarían por ella, otros pensaran que no es así por
el simple hecho que el “poder” debe quedar encerrado dentro de un círculo formado
por ellos mismo y por ello no se interesan en llamar la atención nuestra, en
fin no va al caso, por mi parte toda aquellas personas casi idénticas que van a
realizar su función de políticos por el momento no llaman demasiado mi
atención, por lo que no puedo aportar mucho más al capítulo más que asentir en
que diariamente convivimos con política, hasta en nuestras pequeñas decisiones
las cuales las tomamos a partir de nuestra ética y en la libertad de hacerlo.
«No el
Hombre, sino los hombres habitan este
planeta. La pluralidad es la ley de la Tierra» No estás solo, forma tu
felicidad y buena vida en base a quienes te rodean e imparte y sé parte de la
felicidad de alguien más
CONCLUSIÓN
Claramente luego de leer el
libro se nota que va tejido por un hilo que solamente puede haber sido fruto de
la experiencia de vida de alguien. Quizás por eso no lo define como un manual
sino como anécdotas, cosas generales por las cuales en uno u otro momento uno
se las pregunta inconscientemente, no siempre dándose una respuesta.
Lo que más me impresiona que
luego de hace más de 20 años luego de ser publicado este libro siga causando
esta similitud con las personas, el sentimiento de familiaridad con los hechos
descritos por el autor, a simple vista uno se da cuenta que no cambiamos muchos
los humanos, tenemos nuestros patrones definidos que se repiten una y otra vez
por generaciones.
Si nos damos cuenta y fijamos
bien, Savater recorre definiendo y casi imperceptible la mayoría de los valores
universales, justicia, libertad templanza, etc. dándoles cavidad dentro de
conceptos muchos mas generales y por lo cuales les da más importancia, así
estos valores entran casi inconscientes a nuestro saber.
Por último y no menos
importante debo como futuro profesional, decir que me sentí muy identificado
con muchos aspectos del libro, espero poner en práctica tantas cosas por
ejemplo: El nunca olvidar que por más diferentes actitudes que tengamos, todos
somos humanos y compartimos eso, lo que no nos hace tan diferente.
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