Muchas
veces podemos tener conocimiento de los principios bioéticos, de los deberes
que tenemos todos como ciudadanos, de las leyes, e incluso de los derechos
humanos. Sin embargo, a la hora de actuar podemos dejar estos conocimientos de
lado, pues, en variadas ocasiones podemos pasar a llevar la integridad física,
psíquica y emocional del paciente, su autonomía como por ejemplo, al no
explicarles a cabalidad algún tratamiento, o el curso de la enfermedad, etc.
En esta ocasión se expuso un tema tan
relevante como el sida.
El
VIH/SIDA es una enfermedad con bastante prevalencia alrededor de todo el mundo
capaz de infectar a cualquier persona, en cualquier situación, de cualquier
edad o condición económica. Ante este tema, puede que nos encontraremos con
dilemas bioéticos tan importantes como, en este caso, lo son: La privacidad de
información al querer proteger a otras personas que puedan ser infectadas con
el virus, la predisposición a servir a los pacientes por medio a contagios o
por prejuicos, conflictos de interés como en el caso de querer utilizar a un
paciente para llevar a cabo una investigación a costa de su salud, y la discriminación tanto en la vida
profesional como en la social. En consecuencia, es importante tener un conocimiento
acabado de la forma correcta de proceder, ante tales circunstancias, porque
cualquier desconocimiento podría provocar un daño importante en nuestro
paciente, se podría pasar a llevar sus valores y sus derechos.
Como
profesionales íntegros, debemos estar informados acerca del virus en sí, de su
prevalencia, de su tratamiento, por sobre todo, de su prevención, y de las
instituciones que brindan apoyo como lo es el CONASIDA (Comisión Nacional del
SIDA), que es una institución fundada en con el Ministerio de Salud, que se preocupa de generar un ambiente propicio
entre la sociedad y las personas con
esta enfermedad, así, se ha preocupado de generar tácticas de prevención de
contagio y disminución del impacto del VIH/SIDA a nivel nacional, además de
entregar un apoyo a aquellas personas que han sido afectada con esta
enfermedad. Como profesionales vamos a tener que ser capaces de contener al
paciente, de orientarlo, y acudir en ayuda de otros profesionales como en el
caso de un psicólogo o trabajador social de ser necesario.
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